Tipos de discapacidad intelectual

Siempre se ha tenido en cuenta el cociente intelectual (CI) para clasificar los grados de discapacidad intelectual. Este se obtiene a partir de los test o pruebas de inteligencia, que consideran que la población general se encuentra entre 90 y 100. Sin embargo, en la actualidad se utiliza la conducta adaptativa para hacer esta clasificación. En cualquier caso, la evaluación debe realizarse por profesionales de la salud mental.

Discapacidad intelectual leve

Antes se marcaba con un CI entre 50 y 70 puntos. Ahora se tienen en cuenta las habilidades adaptativas:

  • Área conceptual. Presentan dificultades en el pensamiento abstracto, la flexibilidad cognitiva, la memoria a corto plazo y el uso de habilidades académicas.

  • Área práctica. Necesitan apoyo para las actividades más complejas de la vida diaria.

  • Área social. Muestran inmadurez en las interacciones sociales en comparación con sus iguales, siendo más susceptibles a la manipulación.

Discapacidad intelectual moderada

Antes se marcaba con un CI entre 35 y 50 puntos. Ahora se tienen en cuenta las habilidades adaptativas:

  • Área conceptual. Necesitan asistencia para las actividades académicas diarias y básicas. Además, es posible que haya que tomar responsabilidades sobre ellos (por ejemplo, mediante consentimientos informados).

  • Área práctica. Son capaces de desarrollar habilidades y destrezas gracias a un apoyo extra, así como a un amplio período de aprendizaje.

  • Área social. Presentan un lenguaje oral menos complejo que sus iguales. Al ser la herramienta clave para la comunicación, pueden sufrir más dificultades para la interpretación del lenguaje. Por eso, pueden necesitar ciertos apoyos para mejorar sus relaciones interpersonales.

Discapacidad intelectual grave

Antes se marcaba con un CI entre 20 y 35 puntos. Ahora se tienen en cuenta las habilidades adaptativas:

  • Área conceptual. La limitación es bastante mayor. Aspectos como la comprensión del lenguaje, de los números, del tiempo o del uso del dinero generan muchas dificultades. Necesitan gran apoyo para realizar las tareas cotidianas.

  • Área práctica. Precisan de supervisión y apoyo constante para labores como la higiene personal, la vestimenta, la cocina, etc.

  • Área social. Su lenguaje oral es muy limitado, tanto en vocabulario como en gramática. Así, su discurso suele constar de palabras sueltas o frases simples. Puede haber mejoras con apoyo extra.

Discapacidad intelectual profunda

Antes se marcaba con un CI inferior a 20 puntos. Ahora se tienen en cuenta las habilidades adaptativas:

  • Área conceptual. Suelen presentar problemas motores que impiden el uso funcional de los objetos, aunque pueden aprender a utilizar algunos muy básicos. Tienen dificultades de relación satisfactoria con el mundo físico.

  • Área práctica. Son dependientes en todos los aspectos. Sin embargo, podrían llevar a cabo algunas actividades básicas si los problemas motores o sensoriales no son muy grandes.

  • Área social. Existen grandes dificultades de comprensión, tanto en la verbal como en la gestual. A pesar de ello, pueden llegar a comprender instrucciones muy simples y a expresar necesidades y deseos de forma muy básica.


Pronóstico de la discapacidad intelectual

El diagnóstico temprano es fundamental para que la intervención pueda empezar a darse cuanto antes en las áreas afectadas. Igual de esenciales son los apoyos, que se adecuarán de forma individual y personalizada a las necesidades de la persona.

La evolución dependerá de cada uno. No todas las personas tienen afectadas las mismas capacidades, ni necesitan la misma intervención o los mismos apoyos.

En el caso de la discapacidad intelectual por daño cerebral, es importante seguir una neurorrehabilitación adecuada. De este modo, las consecuencias pueden reducirse gracias a la plasticidad neuronal. El grado de recuperación dependerá de factores como el alcance del daño, la intensidad, la edad a la que se ha sufrido, la reserva cognitiva previa, el tiempo hasta que comienza la rehabilitación, el tipo de rehabilitación, etc.

Por otro lado, quienes presentan discapacidad intelectual muestran sus propios sueños, ilusiones, metas, necesidades y deseos, como todas las personas. Ya sabemos que poseen una serie de dificultades y limitaciones que se deben atender, pero también hay que potenciar sus puntos fuertes. Puede marcar la diferencia en la mejora de su calidad de vida.

No alimentemos el tabú, el estigma y la exclusión que se ha mantenido durante tantos años. Juntos, podemos conseguir una actitud más positiva hacia la discapacidad intelectual.



Tratamiento multidisciplinar

Una atención y tratamiento adecuados necesitarán la participación de diversos profesionales: pediatra, médico de cabecera, neurólogo, psicólogo, educador, trabajador social, terapeuta ocupacional, fisioterapeuta, logopeda, etc.

Acudir a un especialista

Si no hay diagnóstico, pero las reacciones o conductas de vuestro hijo os hacen sospechar que algo puede estar ocurriendo, buscad la evaluación de un profesional. Además de solventar vuestras dudas, puede ofrecer un diagnóstico temprano. Como ya sabéis, es esencial para comenzar con la intervención.

El tiempo es necesario

Si el diagnóstico se confirma, no será fácil afrontarlo. Pueden aparecer sentimientos negativos como enfado, tristeza o culpabilidad. Es natural. Necesitaréis tiempo para procesarlo, aceptarlo y reconocerlo. Habrá que hacer un ejercicio de diferenciación de aquello que se puede cambiar y aquello que no.

Si se  hace muy cuesta arriba, la atención psicológica y las terapias de grupo siempre son una buena opción.






Los animales como apoyo

Si no tenes una mascota, podríais valorar adoptar una. Es un buen complemento a las amistades de vuestro hijo, pues refuerza la compañía y el sentimiento de felicidad. Además, le ayuda a adquirir responsabilidad y empatía, además del amor y respeto por los animales.

Su hijo no es un diagnóstico

Podes ayudarlo dandole más importancia a sus posibilidades que a sus limitaciones. Recordad: tiene sueños, ilusiones y metas. Un apoyo adecuado le acercará a ellos, así como a lograr un mayor nivel de autonomía y de calidad de vida. Tiene derecho a disfrutar de sus oportunidades y de un día a día lo más normalizado posible.

La importancia de las tareas

El apoyo no debe sustituir a las tareas y actividades que vuestro hijo puede realizar por sí mismo. Si es necesario, se le dividen en pasos sencillos, pero no debe dejar de hacerlas. Con paciencia, hay que promover su independencia.

Además, es bueno buscarle actividades dentro de la comunidad (culturales, deportivas, etc.). Le ayudarán a mejorar sus destrezas sociales y, por supuesto, a divertirse.

El diagnóstico no es incompatible con el amor

Parece obvio, ¿verdad? Sentir su amor y brindarle el nuestro. Ambos tienen mucho que ofrecer. Que su desarrollo sea más lento que el de sus iguales no os impide disfrutar de él y de cada una de sus etapas.


Comentarios

  1. Muy buen trabajo, interesante y esclarecedor. Felicitaciones. Todas las personas deberían interiorizarse con estos temas. Gracias.

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